
La inteligencia artificial (IA) ya dejó de ser un experimento futurista en el mundo de los videojuegos. Concept art, pruebas de código o generación de escenarios se apoyan cada vez más en algoritmos. Sin embargo, aunque su uso se extiende, pocos estudios lo reconocen abiertamente.
Lewis Packwood, editor de GamesIndustry.biz, lo define como “el secreto a voces de la industria”. La paradoja es evidente: la IA facilita procesos y ahorra tiempo, pero su sola mención despierta desconfianza en parte del público, que la percibe como un atajo que resta valor a la creatividad humana.
Expectativas que no dejan respiro
La presión no viene solo de la tecnología. Yongyi Zhu, vicepresidente de Estrategia en Tencent Games, advierte que “el listón de calidad ha subido dramáticamente”. Hoy los jugadores esperan gráficos de vanguardia, narrativas inmersivas y experiencias que duren decenas de horas.
Christophe Gandon, director de Virtuos, coincide: los proyectos crecieron en escala y complejidad porque el mercado exige más inmersión y más contenido. La IA aparece como una opción para acelerar etapas, aunque no siempre resuelva los problemas de fondo.
Pequeños contra gigantes
Adam Smith, vicepresidente de producto en Unity, sostiene que los equipos reducidos tienen ventaja en agilidad. Cita como ejemplo a Peak, que supo moverse rápido mientras los grandes estudios lidiaban con estructuras pesadas y costosas. En ese escenario, la IA se vuelve un arma para competir en nichos específicos sin depender de presupuestos millonarios.

La trampa del fotorrealismo
Heather Cerlan, CEO de NEARstudios y con larga trayectoria en arte técnico, advierte sobre un ciclo que consume a la industria: la obsesión por el fotorrealismo. Cada salto en fidelidad visual exige más personal, más herramientas y más tiempo.
“Eso desvía recursos de la innovación y produce juegos sin alma”, sentencia. La IA puede aliviar parte de la carga técnica, pero no garantiza ideas frescas.
¿El tiempo todo lo cura?
El debate también se centra en los plazos. Tim Bender, CEO de Hooded Horse, afirma que los ciclos largos mejoran la recepción de un título. “El tiempo extra permite pulir y escuchar a la comunidad”, asegura.
En Riot Games, Patrick Miller recuerda que 2XKO necesitó casi una década de desarrollo. Ese margen permitió probar, equivocarse y corregir antes de lanzar. Para estudios pequeños, sin embargo, esperar diez años no es una opción realista.
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Para Gandon, la IA no reduce costos sino que permite reinvertir el tiempo ahorrado en más contenido. “Es un acelerador, no un sustituto”, resume.
Cerlan añade que el freno principal no es técnico sino cultural: el miedo a la reacción de los jugadores. Lo importante, plantea, no es si se usa IA, sino cómo se integra sin perder visión creativa.
Paraguay frente al espejo
En Paraguay, donde la industria de videojuegos aún se organiza, el debate adquiere un tono particular. Los equipos son pequeños, los recursos escasos y la internacionalización incipiente.
- IA como apoyo. Puede ayudar a prototipar rápido o generar assets secundarios, pero no debería reemplazar identidad artística ni narrativa.
- Automatización inteligente. El MITIC promueve el uso responsable de IA; aplicado a juegos, podría significar NPCs más complejos o escenarios generados proceduralmente.
- Espacio académico. Universidades y estudios locales podrían trabajar en proyectos que sirvan tanto como juegos como simuladores de investigación.
- Mantener autenticidad. El mayor riesgo es delegar demasiado y terminar con productos genéricos. La diferencia está en lo que cada equipo aporte desde lo humano.
Un debate abierto
La inteligencia artificial no es la villana de esta historia ni su salvadora milagrosa. Es una herramienta. Los grandes estudios la usan para sostener proyectos cada vez más caros; los pequeños, para ganar tiempo y flexibilidad.
En Paraguay, puede transformarse en un trampolín siempre que se entienda que lo esencial de un videojuego sigue siendo lo mismo: la creatividad y la pasión de quienes lo desarrollan.
FAQ
¿Qué opinan los grandes estudios sobre la IA en videojuegos?
La usan de manera interna para acelerar procesos, pero son cautos al admitirlo públicamente por miedo al rechazo de los jugadores.
La IA reemplazará a los desarrolladores humanos?
No. Según expertos, es una herramienta que ahorra tiempo en tareas repetitivas, pero no sustituye la visión creativa ni la narrativa.
Por qué los juegos son cada vez más complejos?
Los jugadores exigen gráficos realistas, narrativas profundas y experiencias largas, lo que obliga a equipos grandes y procesos costosos.
Qué riesgos implica depender demasiado de la IA?
Puede producir juegos “sin alma”, genéricos y carentes de identidad, además de generar rechazo en comunidades que valoran la autenticidad.
Cómo puede aprovechar Paraguay la IA en videojuegos?
Mediante automatización de pruebas, generación de prototipos, NPCs más inteligentes y colaboración en proyectos académicos o experimentales.