
Highlights
– El GOTY 2025 equilibra indies potentes y superproducciones AAA.
– Para ganar pesa más el impacto cultural que el presupuesto.
– Donkey Kong destaca por relevancia industrial y consistencia técnica.
El cierre de 2025 dejó una de las ternas más reveladoras de los últimos años. Los candidatos oficiales al Juego del Año (GOTY) 2025 corrobora una tendencia que viene desarrollándose hace diez años: la competencia auténtica entre producciones independientes de alta calidad y superproducciones con presupuestos millonarios.
Una terna que revela el nuevo equilibrio entre indies y AAA
La presencia simultánea de Clair Obscur, Silksong y Hades II junto a gigantes como Death Stranding 2, Donkey Kong Bananza y Kingdom Come Deliverance II no es un accidente editorial. Es una imagen exacta de una industria en la que el tamaño del presupuesto ya no determina la importancia cultural ni la habilidad para competir por el premio más alto. La combinación de modelos comerciales diferentes —desde indies autofinanciados hasta AAA con marketing global— muestra que el GOTY se convirtió en un espacio donde la calidad narrativa, el diseño de sistemas o la identidad autoral pesan tanto como el alcance mediático.
La lógica es clara: un indie capaz de vender dos millones de copias y dominar la conversación digital tiene hoy el mismo poder simbólico que un superproyecto de 150 millones de dólares. Y esa igualdad de condiciones —cada vez más visible— reconfigura expectativas, inversiones y riesgos dentro del ecosistema.
Innovación, ambición y comercialidad: quién destaca y por qué
La pregunta inevitable es: ¿quién debería ganar?
La respuesta varía según el criterio.
Declaración e innovación narrativa para la industria:
- Clair Obscur: Expedition 33, aclamada por The Guardian, es la victoria del mid-indie europeo y evidencia que ser original puede ser viable desde el punto de vista comercial.
Ambición y alcance artístico:
- Según DLCompare, Death Stranding 2 tiene un nivel en términos de creatividad, técnica y concepto que ningún otro juego de la lista posee a esa escala.
Excelencia clásica y comercialidad infalible:
- Donkey Kong Bananza —como apunta Nintendo Life— es ejemplo perfecto del dominio técnico y del atractivo universal del first-party de Nintendo.
Las nominaciones reflejan, en suma, un ecosistema donde cada uno aporta algo diferente: mundos abiertos robustos, plataformas tradicionales, sistemas roguelike refinados o narrativa experimental. Y esa diversidad es la razón por la que todos merecen estar en la lista.
¿Qué define realmente a un GOTY?

¿Debe ganar el juego más “artístico” o el más “comercial”?
La respuesta es más compleja. El GOTY es una mezcla irregular de tres fuerzas:
Factor 1 — La calidad del desarrollo
Diseño, narrativa, dirección, innovación, ejecución técnica, coherencia estética, creatividad y coherencia sistémica.
Es aquí donde destacan los indies y mid-indies como Hades II, Silksong y Clair Obscur.
Si el juego no es impecable o al menos sobresaliente en alguna dimensión clave, no llega ni a la nominación.
Este criterio filtra a todos los candidatos iniciales.
Factor 2 — Impacto cultural
No es ventas: es conversación, memes, tendencias, visibilidad, reinterpretación de géneros.
Death Stranding 2 domina este espacio: es imposible ignorarlo.
Lo mismo ocurrió en años previos con Elden Ring, Breath of the Wild o Baldur’s Gate 3.
El GOTY casi siempre termina premiando al título que se vuelve un fenómeno cultural, incluso si divide a la crítica.
Factor 3 — Impacto industrial o comercial
Ventas, marketing, legitimidad de marca y sostenibilidad económica del sector.
Acá juegan fuerte los pesos pesados: Donkey Kong Bananza, Kingdom Come II o cualquier lanzamiento first-party masivo.
Un GOTY que no venda no es sostenible para la industria en general, y los jurados lo saben.
Para ser nominado pesa más el desarrollo.
Para ganar pesa más el impacto cultural.
Esa es la regla no escrita.
Por qué Donkey Kong Bananza está entre los nominados
Aunque no revolucione el medio, cumple un rol crítico dentro del ecosistema del GOTY.
- Porque el premio también es un retrato de la industria
TGA nunca fue un festival puramente artístico. Es una mezcla de espectáculo, marketing, premiación y anuncio global.
En ese marco, Nintendo —con millones de jugadores fieles y presencia mediática global— es demasiado relevante como para no estar representada cuando lanza un título mayor.
- Porque DK es un símbolo además de un videojuego
Cada año la lista incluye a un representante del “poder clásico” del gaming global: un Nintendo, un Sony o un AAA occidental masivo.
No es favoritismo: es representatividad.
Mientras Hades II representa la maestría indie, Clair Obscur encarna la nueva ola europea y Silksong simboliza la espera eterna convertida en culto, DK ocupa el lugar del first-party familiar que domina ventas sin romper la rueda del diseño.
- Porque su impacto cultural es automático
Nintendo garantiza visibilidad instantánea.
El juego, aunque menos rupturista, puede llenar redes, traccionar cobertura y mantener relevancia durante meses.
Eso influye directamente en la votación y en la percepción de su peso cultural.
- Porque la lista requiere variedad de géneros
El jurado busca representar al público completo: RPGs, indies, blockbusters, propuestas experimentales y plataformas familiares.
DK ocupa ese espacio con autoridad histórica.
- Porque Nintendo no falla en lo esencial
El juego puede no reinventar el género, pero es pulido, estable, accesible y divertido.
En un año donde gran parte de la industria enfrentó despidos, retrasos y lanzamientos incompletos, la consistencia de Nintendo se vuelve un valor determinante.
La conclusión incómoda pero precisa

La lista del GOTY 2025 es una síntesis perfecta de la industria actual:
- Indies de impacto global.
- Autores con proyectos gigantescos.
- AAAs tradicionales que mantienen su relevancia.
- Y un mercado que ya no se mueve solo por presupuesto, sino por conversación, permanencia y sentido cultural.
¿Quién debería ganar?
Dependerá del equilibrio entre excelencia y visibilidad.
¿Es perfecta la lista?
No.
¿Representa la realidad del gaming 2025?
Sin duda.
