
El mundo del cine y los videojuegos despide a una figura silenciosa pero determinante. David Keighley, hombre clave en la historia de IMAX y padre del productor Geoff Keighley, falleció tras una larga batalla contra el cáncer y con una carrera de más de cinco décadas dedicada a perfeccionar cómo se ve y se oye una película en gran formato. La noticia la comunicó su propio hijo, con un mensaje cargado de afecto y recuerdos íntimos.
Un técnico con alma de espectador
Keighley no era solo un técnico: fue un vigilante de la imagen y el sonido. Durante 53 años participó en más de 500 producciones —una cifra que da vértigo— y ayudó a construir la reputación de IMAX como sinónimo de inmersión total. En 1973 codirigió el tercer filme de la compañía; desde entonces su nombre quedó ligado a salas que no se conforman con mostrar una película, sino con envolver al público.
Su último trabajo —la fotografía principal de The Odyssey, la nueva película de Christopher Nolan— se terminó apenas semanas antes de su muerte. Imaginen: largas jornadas junto a una cámara, ajustes de luz y sonido, el detalle mínimo que separa una buena escena de una que retumba en la memoria. Ese era su oficio.

Un padre presente en la grada
El relato que dio Geoff Keighley tiene algo de película. Dijo que su padre ocultó su enfermedad para no preocuparlo durante The Game Awards 2023; que se sentó en el público, con su familia, dejando notas sobre la calidad de pantallas y sonido. Es una imagen preciosa: el creador que aún disfruta de la función como espectador exigente, apuntando con cariño lo que funciona y lo que no.
Geoff recordó a su padre como alguien de principios, apasionado y discreto. “Se sentó en el público como siempre, junto a mi mamá y mi hermano, enviándome notas sobre la calidad de las pantallas y el sonido”, escribió. No es un guiño menor: en esa frase está la idea de una vida dedicada a la experiencia, más que al ego.
Un puente entre cine y videojuegos
La conexión entre el legado de David y la carrera de su hijo es más que familiar; es cultural. Geoff ha dicho repetidas veces que sus padres apoyaron su interés por los videojuegos, viendo en ellos la misma magia que había en las salas IMAX. No sorprende: si alguien trabajó décadas buscando la máxima inmersión visual y sonora, termina entendiendo por qué un buen juego emociona tanto como una gran película.
Esa afinidad explica, en parte, por qué Geoff se convirtió en la voz que hoy conocemos en la escena del gaming: no es solo comunicación, es devoción heredada.
Un cierre y una huella
Más allá de títulos y créditos, quienes trabajaron con David lo recuerdan como un hombre que amó su oficio y a su familia con la misma intensidad. Geoff lo dijo sin retórica: agradeció tener a un padre que, hasta el final, mostró el mismo cariño por su trabajo y por su mujer.
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Con su partida se cierra un capítulo de la arquitectura audiovisual moderna, pero quedan las salas más brillantes, los sistemas de sonido que obligan al espectador a contener la respiración y una influencia tangible en la manera en que contamos historias —tanto en el cine como en los videojuegos. David Keighley se fue, pero su manera de ver la pantalla seguirá influyendo en cómo miramos.
Preguntas frecuentes (FAQ)
¿Quién fue David Keighley?
Fue el principal referente técnico y artístico de IMAX durante más de 50 años, participando en la creación de más de 500 películas.
¿Qué relación tenía con los videojuegos?
Es padre de Geoff Keighley, creador de The Game Awards, quien destacó que el apoyo de sus padres fue clave en su carrera.
¿Cuál fue su último trabajo?
Supervisó la fotografía de The Odyssey, la próxima película de Christopher Nolan.
¿Qué lo caracterizaba como profesional?
Su pasión por la excelencia, integridad y compromiso con la innovación audiovisual.