
Highlights
– Ganó nueve premios, incluido Juego del Año.
– Superó los 6 millones de copias vendidas tras la gala.
– Game Pass impulsó jugadores, pero redujo ventas en Xbox.
Clair Obscur: Expedition 33 fue el gran protagonista de The Game Awards, no solo desde lo simbólico, sino también desde lo comercial. Su histórica cosecha de nueve premios —incluyendo Juego del Año— se tradujo en un impacto inmediato y medible en ventas, engagement y visibilidad global, consolidándolo como uno de los casos más claros del poder que todavía tiene el prestigio crítico en la industria, acorde a un nuevo informe de Alinea Analytics.
Una victoria reflejada en números

Después de la gala, Expedition 33 sobrepasó el objetivo de 6 millones de copias vendidas en total. Desde la transmisión de The Game Awards, el juego ha vendido más de 200.000 unidades adicionales gracias a la conversación en las redes sociales, su presencia prominente en las tiendas digitales y la cobertura mediática.
El desglose por plataformas es muy revelador:
- El 76% de las ventas nuevas se originaron en Steam
- El 21% en PS5
- Sólo el 3% en Xbox
En términos absolutos, se vendieron menos de 10.000 copias en Xbox después del evento, lo que contrasta significativamente con el elevado número de usuarios que adoptaron el juego a través de Game Pass.
Game Pass: más jugadores, menos ventas
El efecto Game Pass fue claro. Mientras las ventas premium en Xbox fueron marginales, 52.000 usuarios accedieron por primera vez a Expedition 33 mediante el servicio de suscripción. Los datos sugieren una fuerte canibalización de ventas: si se extrapolan los patrones de compra observados en PC y PlayStation, una fracción significativa de esos jugadores probablemente habría adquirido el juego de no estar incluido en Game Pass.
Aun así, el impacto global fue positivo. El engagement total aumentó en todas las plataformas, lo que confirma que ser reconocido en The Game Awards sigue siendo un catalizador de alcance, aunque no siempre se traduzca en ventas directas.
El pico post GOTY y el efecto multiplicador

Previo al acontecimiento, Expedition 33 demostraba un rendimiento sólido, respaldado por recortes estratégicos y el estímulo de su nominación. Durante los tres meses anteriores, el promedio fue de 12.000 copias vendidas al día.
Luego de la gala, el salto fue brusco. Las ventas diarias se multiplicaron casi por seis, alcanzando un promedio de 69.000 copias por día, con un pico de 92.000 unidades el 13 de diciembre, apenas dos días después del evento. Fue su mejor jornada comercial desde el mes de lanzamiento.
Este comportamiento refuerza una tendencia ya vista con otros GOTY recientes como Baldur’s Gate 3 o Elden Ring: cuando un juego logra dominar la conversación cultural, The Game Awards funcionan como un auténtico multiplicador de impacto.
No todos los ganadores corren la misma suerte
El caso de Expedition 33 también deja una advertencia. La mayoría de los otros nominados y ganadores registraron aumentos modestos o directamente nulos tras el evento. El reconocimiento, por sí solo, no asegura un rebote comercial: lo que determina el resultado es la combinación de calidad, impulso previo y resonancia cultural.
Descubrimientos que definieron el ritmo del acontecimiento

Los datos de seguidores en Steam después del evento, además del GOTY, mostraron el interés oculto del público.
- Con 51.000 nuevos seguidores, Total War – Warhammer 40.000 encabezó la lista, lo cual confirma la potencia de la intersección entre Creative Assembly y la propiedad intelectual de Warhammer.
- Tomb Raider fue seguido por: Ace Combat 8, Control Resonant y Legacy of Atlantis, que han tenido todos una buena acogida en sus respectivos nichos.
La única IP completamente nueva en el top cinco fue No Law, que sumó 13.000 seguidores y captó la atención de jugadores afines a experiencias cyberpunk y shooters sistémicos.
Un caso de estudio para la industria
El recorrido post-TGA de Expedition 33 deja una conclusión clara: los premios todavía importan, pero solo cuando amplifican algo que ya estaba en ebullición. En ese sentido, su victoria no fue un punto de partida, sino un catalizador que transformó prestigio en resultados concretos.
