
La industria del videojuego en Paraguay todavía está buscando su lugar. No es un terreno baldío, pero tampoco un ecosistema consolidado. Los estudios pequeños aparecen, prueban suerte y muchas veces deben remar a contracorriente para hacerse ver. El desafío no se limita a inventar una idea fresca: lo realmente difícil es encontrar cómo monetizarla sin que el proyecto se quede a mitad de camino.
Hoy, mientras los grandes del sector se mueven hacia modelos de servicio y operaciones constantes, los equipos de la región enfrentan un panorama muy distinto. Trabajan con presupuestos ajustados, con poca capacidad de marketing y con la presión de probar pronto si lo que ofrecen realmente tiene público.
Estrategias que funcionan en Latinoamérica
En la región, más de un estudio ya demostró que se puede crecer con recursos limitados, siempre que se elija el modelo adecuado. El premium o pago único es el más directo: el jugador compra y accede a la experiencia completa. Nada de trucos ni añadidos. Suele funcionar en juegos narrativos o aventuras con personalidad fuerte. Eso sí, no alcanza solo con subirlo a Steam o a una consola: hace falta campaña, difusión, visibilidad.
En otro extremo, para los títulos más casuales, la salida rápida suele ser la publicidad dentro del juego. Desde el primer día genera algún ingreso, pero a costa de un límite evidente: se gana poco por usuario y, si se abusa, la experiencia termina arruinada.
También está la vía del crowdfunding o las preventas. Permite financiar parte del desarrollo y, al mismo tiempo, construir comunidad. Pero ojo: aquí se juega la credibilidad. Si las promesas no se cumplen, la reputación se desploma.
Y claro, aparecen los publishers. Para un estudio que ya tiene un producto sólido, firmar con un socio internacional abre puertas que de otro modo serían imposibles. El precio a pagar es compartir ganancias y aceptar que, en ocasiones, el calendario no lo marca el equipo creativo, sino el socio.
Por último, opciones con compañías como Google o The Toge Game Fund Initiative son válidas para ese fondo necesario que permitirá crear esa IP soñada y que duerme en papel.
El rol de los apoyos institucionales
En Paraguay, muchas veces se pasa por alto lo que ofrecen programas como REDIEX. Son mecanismos menos llamativos que un crowdfunding masivo, pero resultan vitales porque aportan fondos sin exigir la propiedad del juego.

Los casos de Warani Studios y Posibillian Tech lo confirman: sus participaciones en ferias y festivales les abrió puertas para alianzas internacionales. En un mercado pequeño como el nuestro, esa clase de visibilidad puede ser un antes y un después.
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Lo que muestran los vecinos
Si se mira alrededor, hay ejemplos que sirven de guía.
- Uruguay tiene a Ironhide Game Studio, responsables de Kingdom Rush. Su receta: perfeccionar mecánicas y expandir a varias plataformas.
- Brasil explotó el potencial de Kickstarter con Aquiris y Behold Studios, usándolo tanto para recaudar como para hacer ruido mediático.
- Chile, con ACE Team, supo aprovechar a los publishers sin renunciar a su estilo creativo.
- México, de la mano de Lienzo y su título Mulaka, mostró que los fondos culturales pueden salvar proyectos con raíces patrimoniales.
Modelos poco realistas para equipos pequeños
No todos los caminos son recomendables. El free-to-play con microtransacciones demanda una estructura que en Paraguay casi nadie puede sostener: requiere equipos de operaciones en vivo, diseñadores de economía interna y soporte constante.
Algo similar ocurre con el freemium (la típica demo gratis que invita a pagar por la versión completa). Las tasas de conversión suelen ser bajas si el diseño no es quirúrgico. Y los modelos híbridos, que mezclan premium, expansiones y microtransacciones, terminan siendo demasiado complejos para equipos que apenas llegan a cubrir lo básico.
Una hoja de ruta más realista
En lugar de copiar lo que hacen los gigantes, los estudios paraguayos deberían concentrarse en pasos claros y posibles:
- Validar ideas con un vertical slice o demo jugable.
- Buscar fondos no reembolsables o recurrir a crowdfunding temprano.
- Acercarse a publishers solo cuando el producto ya esté listo para competir.
- Fortalecer comunidad, tanto local como internacional, porque esa red de apoyo también da visibilidad.
En conclusión…
Paraguay no necesita millones para figurar en el mapa global. Lo que necesita es una estrategia sensata: saber cómo monetizar, validar pronto, buscar apoyos y, sobre todo, contar historias con un sello propio que despierte interés fuera de nuestras fronteras.
En un escenario donde la atención del jugador es el recurso más caro, la clave para los estudios pequeños no será el motor gráfico que usen, sino la estrategia que haya detrás de cada lanzamiento. Y ahí es donde se juega la verdadera partida.
FAQ
¿Cuál es el modelo más viable para equipos pequeños en Paraguay?
El premium (pago único) es el más simple y sostenible. Permite lanzar con alcance claro y sin operaciones de live ops complejas.
¿Cuándo conviene usar publicidad in-game?
En prototipos o casuales con foco en adquisición rápida. Úsala con moderación para no dañar la experiencia.
¿Cómo combinar financiación sin ceder IP?
Mezclá bootstrapping + grants (p. ej., REDIEX/BID Lab) y, si hay tracción, crowdfunding; dejá el publisher para escalar marketing/QA.
¿Cuándo buscar un publisher?
Con vertical slice sólido, métricas básicas (wishlists/retención) y un pitch deck claro; así negociás mejor el revenue share.
¿Qué métricas mirar en la demo?
Retención (D1/D7), tasa de finalización de demo, CTR de wishlist y feedback cuali (fricción, dificultad, “fun factor”).
¿Crowdfunding sirve solo para dinero?
No. También valida mercado, crea comunidad y aporta PR. Requiere campaña, recompensas claras y updates regulares.
¿Qué apoyos existen en Paraguay y la región?
REDIEX para internacionalización y programas multilaterales como BID/BID Lab orientados a economía creativa e innovación.
¿Por qué posponer F2P, freemium e híbridos?
Demandan economía in-game, live ops y análisis continuo. Para equipos chicos, el riesgo operativo y reputacional es alto.