
La cuenta regresiva ha comenzado y, con la fecha límite, el estudio indie debe hacer horas extras para entregar el proyecto. Todo es debido a que no sabe cómo gestionar el “Crunch”, llevando al equipo a un desgaste emocional.
Crear videojuegos no se basa solo en escribir líneas de códigos, sino en construir experiencias y emociones. Por eso, hablaremos de estrategias y modos de gestión basándonos en experiencias de microestudios reales del Paraguay y el mundo.
Los videojuegos y el “Crunch” en microestudios paraguayos
En estudios Indie latinoamericanos, gestionar el “Crunch” resulta más complejo debido a los recursos limitados. Dentro del territorio paraguayo, el gran desafío es equipararse a la industria de los videojuegos a nivel internacional.
Según Eduardo Benítez, fundador de Warani Studios, la presión es todavía mayor si se trata de culminar proyectos grandes. Por su parte, el productor de Roska Studios, Víctor Corvalán, señala la importancia de los días libres después de cada proyecto.
El problema está en que, en Paraguay, existe una falta de profesionales experimentados. Sumándole al hecho de que los estudios indie tienen pocas oportunidades de crecimiento.
El desafío de los trabajadores es el de culminar con los encargos y conformarse con los recursos que tengan a mano. Aun si tomaran horas extras, no siempre logran los objetivos y, con el tiempo, terminan perdiendo su productividad.
Según el desarrollador Evan Robinson en su estudio sobre el “Crunch”, explica que la cantidad de horas recomendables son 40. Si se añaden horas extras, puede repercutir en la toma de decisiones, lo que a la larga resultaría perjudicial.
5 modos de mejorar la gestión de “Crunch” en la industria de videojuegos
Aunque parece imposible, hay modos en que los microestudios pueden gestionar el “Crunch” sin caer en el intento. Los expertos brindan algunos consejos para lidiar con la presión y poder culminar cada proyecto con éxito.
Uso de la IA para agilizar procesos
La inteligencia artificial ofrece la oportunidad que automatizar procesos y gestionar mejor algunas producciones. Entre ellos están el diseño de NPC, la optimización de la jugabilidad y la creación de narrativas interactivas.
Esto ya lo está implementando Inworld, una empresa que ofrece soluciones IA para gestionar las crisis de los trabajadores creativos. La propuesta es acelerar el desarrollo de los juegos sin que cause burnout en los trabajadores.
Creación de entornos seguros
Es vital que el estudio brinde seguridad y comodidad, ya que los empleados pasan allí la mayor parte del día. En una entrevista con Game Developer, el CEO Piotr Babieno enfatiza en la salud mental de sus colaboradores.
Por un lado, esto concuerda con su trabajo en el desarrollo de juegos sobre enfermedades mentales. Aunado a eso, está su compromiso de cuidar a los 250 integrantes de su estudio y a sus familias.
Asistencia psicológica
Además de la IA y los entornos seguros, también es necesario cuidar la salud mental. Esto ya lo implementó Bloober, cuyo lema es “tener tu propia vida” para evitar ser absorbido por el trabajo.
En ocasiones, los empleados se obsesionan con un proyecto, hasta el punto de llegar al “Crunch” autoimpuesto. Para evitarlo, se puede establecer momentos de descanso y lograr equilibrar el trabajo con la vida personal.
Comunicación interna
Las horas extras y el agotamiento mental también son síntomas de que existe una mala gestión del “crunch”. Es por eso que todo equipo debe ofrecer canales de comunicación y facilitar la interacción entre los empleados y colaboradores.
En Warani Studios, se realizan charlas para brindar soporte a quienes se encuentran en crisis. “No hay que obsesionarse con la rigidez en los horarios, sino en ayudar en la organización”, dijo Eduardo Brítez.
Análisis y retroalimentación sobre resultados
Aunque sea normal emocionarse con un proyecto, también es importante saber poner los pies por la tierra. Si faltan recursos, hay que probar otras alternativas que impulsen un proyecto de juego.
Cada vez que se logre culminar algo, es bueno armar una retroalimentación de lo que funciona y lo que no. Esto también permite implementar mejoras y adquirir más ánimos para continuar con otros proyectos.
La clave: más flexibilidad y plazos realistas de entregas

Aunque es importante cuidar la calidad de un proyecto, también lo es la salud del equipo de trabajo. En palabras de Eduardo Benítez: “Si se descuida eso, el proyecto también se resiente”.
Por ese motivo, es recomendable que cada microestudio pueda brindar flexibilidad, donde los integrantes dispongan de sus tiempos. En proyectos complejos, los plazos deberían ser realistas, considerando cada dificultad o fallo técnico surgido durante el proceso.
Las experiencias pueden ser aun más satisfactorias si se cuida al equipo, considerando que las crisis siempre están. Pero lo importante es saber sobrellevar cada dificultad para lograr mejores resultados sin que afecte a la salud mental.