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– RPG retro con enfoque troll y dificultad elevada.
– Combates con enemigos inteligentes y recursos limitados.
– Demo gratuita en Steam con alto potencial si se refina.
The Legend of Shiande se presenta como una rareza consciente de sí misma: un RPG de inspiración clásica que mezcla narrativa épica, humor troll y un diseño deliberadamente punitivo. Bajo una estética retro y mecánicas que remiten a la era dorada del rol por turnos, el juego construye una experiencia que no busca agradar a todos, sino desafiar —y provocar— al jugador desde el primer minuto.
La historia arranca de forma directa. Shiande es un humilde herrero que vive en una aldea rodeada por el bosque. De la noche a la mañana, animales y humanos empiezan a convertirse en monstruos agresivos. Un mago de tiempos antiguos le encomienda la tarea imposible de frenar una maldición incurable que pone en peligro al mundo. Shiande comienza un viaje equipado únicamente con su valentía, un mazo y el anhelo de proteger a sus seres queridos; este viaje es una combinación de absurdo, sátira y tragedia.
Un RPG que compite contra el jugador

The Legend of Shiande ha dejado claro su enfoque desde la demostración: se trata de un RPG troll. El comienzo es caótico, con menús raros, ruidos excesivos y una intención manifiesta de desconcertar. Incluso el soporte para el control es torpe al principio, pero después de unos minutos funciona. Todo parece diseñado para poner a prueba la paciencia del jugador y su tolerancia al castigo.
El combate introduce uno de sus sistemas más interesantes: los monstruos inteligentes. Los enemigos poseen niveles de inteligencia del 1 al 5. En los rangos más altos, utilizan estrategias complejas, encadenan combos y reaccionan a los patrones del jugador, haciendo que algunos enfrentamientos se sientan más cercanos a una partida de ajedrez que a un RPG tradicional.
Sin comodidades modernas

Aquí no hay pociones infinitas ni tiendas salvadoras. Los objetos curativos solo se consiguen explorando el mapa y deben usarse con cuidado. El sistema de guardado refuerza esta filosofía: para salvar la partida es necesario encontrar cristales, que curan por completo al grupo solo la primera vez que se usan. Luego, quedan como simples puntos de guardado.
Existe una excepción valiosa: el Save Menu, un objeto extremadamente raro que permite guardar en cualquier momento. Está pensado para puzzles especialmente crueles o jefes alejados del último cristal, y su uso se convierte en una decisión estratégica de alto riesgo.
Exploración, grind y troleo constante

El juego apuesta fuerte por la exploración. Hay 19 cristales ocultos que pueden intercambiarse por mejoras de HP, dinero o el codiciado Save Menu. Reunirlos todos promete un evento especial, reforzando el incentivo para revisar cada rincón.
El bestiario también cumple un rol central. Cada monstruo puede registrarse y subir de nivel del 1 al 4, desbloqueando recompensas al máximo nivel, generalmente ligadas a misiones secundarias. Esto empuja al jugador a repetir combates y aceptar el grind como parte del diseño.
A esto se suman puzzles engañosos, cofres que convierten pensamientos en armas, restricciones absurdas —como no poder girar en el mapa hasta cierto punto— y drops aleatorios que recuerdan al “streamer loot”: ítems encantados que aparecen cuando menos se esperan, alimentando el ciclo de “un intento más”.
Un humor que divide

La demo incluye momentos memorables: una ciudad entera convertida en zombis, enfrentamientos con magos legendarios como Gabriel y Renan, y constantes guiños meta al propio cansancio del jugador. El humor es irreverente, exagerado y, a veces, intencionalmente molesto. Funciona mejor cuando se entiende que el juego no se toma del todo en serio.
Veredicto
The Legend of Shiande es, sin disimulo, un RPG troll. Pero bajo esa capa de castigo, ruido y trampas, hay una base jugable sorprendentemente sólida. La progresión, el combate y la exploración resultan adictivos si se acepta el pacto que el juego propone.
No es un título para devorar de una sola sentada. Jugarlo por capítulos, sin apuro, parece ser la forma correcta de abordarlo. Para quienes disfrutan del rol clásico, el humor ácido y los desafíos injustos pero memorables, esta demo en Steam es una experiencia tan irritante como entretenida.
