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CODA, integrada por Ghibli, Toei, Bandai, Toho y Square Enix, exige a OpenAI detener el uso de obras protegidas.
La organización asegura que Sora 2 genera contenido “demasiado similar” a producciones japonesas.
El reclamo se suma a la advertencia previa de Shueisha sobre las violaciones de derechos de autor por IA generativa.
La Content Overseas Distribution Association (CODA), organización japonesa antipiratería que agrupa a gigantes como Studio Ghibli, Toei Animation, Bandai, Toho y Square Enix, publicó una carta abierta dirigida a OpenAI en la que exige que la compañía deje de usar material protegido por derechos de autor para entrenar su modelo generativo Sora 2.
Según el comunicado, CODA asegura haber detectado “una gran cantidad de contenido generado por Sora que guarda una notable similitud con obras japonesas”. La organización sostiene que esta coincidencia no puede ser casual y que, con alta probabilidad, el modelo de OpenAI fue entrenado utilizando obras visuales, cinematográficas y animadas pertenecientes a sus miembros sin la debida autorización.
Una petición firme y con peso industrial
Las exigencias de CODA son directas: OpenAI debe cesar de inmediato el uso de cualquier material perteneciente a las compañías japonesas en sus procesos de entrenamiento. Además, solicita que la empresa estadounidense responda de forma pública a las quejas ya presentadas por las firmas niponas sobre los videos generados por Sora 2, que, según CODA, “violan los derechos de autor y socavan la integridad creativa del contenido japonés”.

Este nuevo reclamo se da en un contexto de creciente tensión global entre estudios creativos y desarrolladores de inteligencia artificial. Japón, cuya industria cultural es una de las más influyentes del mundo, ha mostrado una postura especialmente firme en defensa de la propiedad intelectual frente a la expansión de modelos generativos que, según los críticos, se alimentan de obras protegidas sin consentimiento.
El precedente de Shueisha y el frente común japonés
La denuncia de CODA llega apenas un día después de que Shueisha, la editorial responsable de franquicias como One Piece y Jujutsu Kaisen, emitiera un comunicado oficial condenando el uso no autorizado de sus obras en videos generados por IA. En su declaración, Shueisha pidió una respuesta a nivel legal y estatal que imponga regulaciones claras sobre el uso de material protegido en el entrenamiento de modelos de inteligencia artificial.
Con la intervención de CODA, el conflicto entre la industria creativa japonesa y OpenAI se amplía significativamente. Lo que comenzó como una advertencia aislada se ha convertido ahora en un frente corporativo y legal que podría escalar a nivel internacional, obligando a las compañías tecnológicas a revisar sus prácticas y transparencia en torno a la generación de contenido audiovisual mediante IA.
