
Highlights
Lorem ipsum dolor sit amet, consectetur adipiscing elit. Aenean diam dolor, accumsan sed rutrum vel, dapibus et leo.
The Game Awards volvió a romper récords de audiencia global, pero el impacto mediático no logró ocultar una realidad incómoda: una parte significativa del público quedó insatisfecha con el show. Una encuesta publicada por Geoff Keighley, creador y anfitrión del evento, reveló que casi el 39% de los votantes calificó la gala con una D o menos, una cifra que contrasta con el crecimiento sostenido del evento en términos de visualizaciones.
La encuesta reunió 404.693 votos y arrojó los siguientes resultados finales:
- A: 15,1 %
- B: 24,6 %
- C: 21,4 %
- D o menor: 38,9 %
El dato resulta aún más llamativo si se compara con la edición anterior, cuando 44,4% del público otorgó una A y solo 16,1% calificó el evento con D o menos. La percepción negativa creció de forma significativa en apenas un año.
Audiencia récord pese a las críticas
Las calificaciones no afectaron el alcance del evento. Según datos relevados durante la transmisión, The Game Awards superó 1,3 millones de espectadores simultáneos en YouTube, consolidándose una vez más como el show más visto del año dentro de la industria del videojuego. Se espera que Keighley publique cifras oficiales que, como en ediciones anteriores, superarían las del año previo.
Este contraste refuerza una tendencia clara: el evento sigue siendo masivo, pero no necesariamente satisfactorio para todos los espectadores.
El problema del ritmo y el cierre
Entre los comentarios más destacados de la encuesta, el foco estuvo puesto en el ritmo del show, especialmente en su segunda mitad. Si bien la producción general recibió elogios, muchos espectadores coincidieron en que la última hora careció de anuncios realmente impactantes.
La sensación general fue que faltó un anuncio sorpresa o un cierre de alto impacto que justificara el tramo final.
El debate permanente: premios o publicidad

Las críticas reavivaron un debate recurrente alrededor de The Game Awards: su equilibrio entre ceremonia y vitrina comercial. El propio Keighley ha reconocido en reiteradas ocasiones que combinar premios, trailers y anuncios pagos es un desafío constante.
Reportes de la industria indican que un trailer puede costar hasta un millón de dólares, lo que explica el fuerte peso comercial del evento. Con esas cifras en juego, la tensión entre espectáculo, negocio y reconocimiento creativo parece inevitable.
The Game Awards sigue siendo un fenómeno global, pero esta edición dejó un mensaje claro: la audiencia no solo quiere ver, quiere sentirse sorprendida.
