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El mercado de memorias DRAM atraviesa uno de sus peores ciclos en dos décadas. Los precios de RAM DDR4 y DDR5 están subiendo de forma explosiva y la industria advierte que la escasez no tendrá un respiro real hasta 2028. Lo que antes costaba unos cientos de dólares ahora escala a cifras propias de hardware profesional: un kit de 64 GB DDR5 supera los 500 dólares, mientras que un módulo de 256 GB DDR4 ya rebasa los 3000 dólares en varios mercados. Las proyecciones no son optimistas y anticipan aumentos durante 2026 y 2027 sin señales de estabilización.
Una tormenta perfecta impulsada por la IA
El origen del problema está directamente relacionado con la demanda masiva de la industria de inteligencia artificial. Los centros de datos requieren enormes volúmenes de DRAM y NAND, consumiendo la mayor parte de la producción global. Esto ha desplazado al mercado de consumo a un segundo plano y ha provocado una presión histórica sobre los precios.
El impacto ya sacudió al sector: Micron decidió abandonar por completo su división de SSD y RAM de consumo —incluida su marca Crucial— para enfocarse al 100 % en productos para IA. Con este retiro, la responsabilidad de abastecer tanto a centros de datos como al consumidor cae casi enteramente en Samsung y SK hynix, que simplemente no dan abasto.
Escasez generalizada en todas las tecnologías
El problema no se limita a DDR4 y DDR5. La industria enfrenta déficit simultáneos en LPDDR5 (usado en móviles y portátiles), GDDR6 y GDDR7 (destinadas a GPU), y versiones más antiguas como DDR4, todavía muy presente en equipos de gama media. Los analistas advierten que estos cuellos de botella afectarán la disponibilidad de tarjetas gráficas, notebooks, motherboards y cualquier componente que dependa de RAM.
Las predicciones actuales sitúan el final del ciclo de escasez recién en Q4 2027, si es que la demanda de IA no continúa escalando. Hasta entonces, los precios seguirán siendo impredecibles, con picos recurrentes y poca capacidad de absorción por parte de fabricantes de hardware.
Precios: un mercado fuera de control

Datos recientes del retailer taiwanés PCHome muestran la magnitud del problema. Un kit de 256 GB DDR4-3600 alcanza los 96.899 NTD —más de 3000 dólares—, mientras que el equivalente en DDR5 roza los 2000 dólares. Incluso configuraciones más modestas se dispararon: 32 GB DDR5 ya supera los 300 dólares en varios distribuidores, multiplicando su valor respecto al año anterior.
Algunos distribuidores incluso están “forzando combos”, obligando a consumidores a comprar una motherboard junto con cada módulo de RAM para racionar inventario. Esto encarece aún más el costo de actualización para jugadores y creadores de contenido.
Consecuencias para el gaming y el hardware
La industria del gaming será una de las más afectadas. Equipos de gama alta dependen de RAM rápida y abundante, y los precios actuales dificultan tanto las actualizaciones como la compra de nuevos sistemas. Incluso los fabricantes de placas base informaron disminuciones significativas en ventas debido al sobrecosto de la memoria.
Las GPU tampoco escapan al problema: la escasez de GDDR6 y GDDR7 complica la hoja de ruta de futuras generaciones, lo que podría traducirse en retrasos, inventario limitado y precios mayores en 2026 y 2027. El CEO de Epic Games ya calificó la situación como “un problema real para el gaming de alto nivel durante varios años”.
¿Hay luz al final del túnel?
SK hynix planea multiplicar por ocho su producción de DRAM para 2026, pero incluso la empresa admite que ese incremento no cubrirá por completo la demanda. El resto de los fabricantes se mueve con cautela, priorizando contratos empresariales y evitando expandirse demasiado rápido en un mercado todavía volátil.
La conclusión es directa: quien necesite RAM en los próximos dos años enfrentará precios agresivos y disponibilidad limitada. La industria ya asume que 2026 y 2027 serán años de transición dolorosa, con la esperanza de que 2028 marque un retorno a la normalidad.
